“Soy alcohólico y drogadicto”. De esta impactante manera se presentó a nuestro alumnado Nicolás Merizalde, porque “cuando hay una adicción jamás se sale de ella”. Tras estar enganchado al alcohol y a la cocaína durante casi 11 años – desde que tenía 14 – creó Proyecto de Vida, Fundación que ayuda a salir de ese pozo a personas que, como él, han tocado fondo.

Merizalde1
Nicolás Merizalde

Nicolás Merizalde lo tuvo todo: “fui un hijo de papi y mami al que nada le negaban”. Sus padres nunca le fijaron reglas ni le pusieron un límite de hora para llegar a la casa. Henry, el conductor que tenía la familia, “me esperaba hasta la hora que fuera”. De esta manera afirmó que el problema de las adicciones y especialmente el de la drogadicción no entiende de clases sociales.

El alumnado del Reyes siguió absorto las descarnadas vicisitudes que Nicolás iba desgranando y que, tras perder absolutamente la dignidad, le llevaron al borde del suicidio. Sus padres lograron convencerlo y lo internaron en un centro de rehabilitación en Italia, donde obtuvo ayuda para alejarse de ese infierno poco a poco.

Merizalde2

Durante sus años de existencia, la Fundación que él dirige, Proyecto de Vida, ha tenido que registrar cómo cada vez más llegan adictos de menos edad. En efecto, hace nueve años, cuando se creó, el promedio de los pacientes era de 32 años. Actualmente, el promedio es de 21 años.

Al final de esta potente charla, que no dejó indiferente a nadie, el alumnado planteó cuestiones de alto interés ¿Cómo decir que no y no dejar de ser cool?, ¿Cómo ayudar a alguien a no caer en una adicción?…. Nicolás Merizalde ofreció fórmulas contundentes a estas y otras preguntas, tanto en público como de manera más personal, por lo que le dedicamos nuestro agradecimiento más especial.