La carta escrita por el alumno Luis Felipe Barreto, de 2º A de Bachillerato, representa a los Centros de exterior en el segundo concurso escolar convocado por el Ministerio de Defensa español. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena para el alumno y los mejores deseos para la fase final, en la que compite con las cartas seleccionadas en cada una de las provincias españolas.
Desde las instancias militares de España en Colombia, ya han llegado las felicitaciones pertinentes dirigidas al alumno participante, poniendo el acento en el carácter emocional de la misiva y en la importancia de la vocación en el servicio de la milicia.
A continuación puedes leer la carta completa:
Luis Felipe Barreto Araujo
CENTRO CULTURAL Y EDUCATIVO ESPAñOL REYES CATóLICOS
La decisión Carlos Tello llegó a su casa en las horas de la tarde. Una inquietante ansiedad lo perseguía y lo tenía al borde del delirio; no sabía cómo decirle a su madre y a su hermano mayor la decisión que había tomado; seguro que ellos no aceptarían. Abrió la puerta con una lentitud abrumadora.Al entrar deja su mochila en una esquina y se dirige a su cuarto de manera prevenida, como si estuviera a punto de encontrarse con un ladrón.Al anochecer, su madre llega agotada de trabajar, prepara la cena en un segundo e invita a sus hijos a la mesa.En el momento en que Carlos escuchó a su madre gritar su nombre para que fuera, quedó colapsado…; el corazón le palpitaba a mil por hora.Se levantó de su escritorio de un brinco y caminó con desgana al comedor.Al llegar, sintió la mirada de su madre y de su hermano, se sentó a la mesa sin decir palabra alguna y empezó a cenar con aparente indiferencia. -¿Qué tal la escuela Carlos?-preguntó la madre con frialdad, como si realmente no le importara la respuesta. Carlos no responde, está ido. -¿Carlos?- pregunta nuevamente su madre sobresaltada. -Madre, quiero ser militar- se aventuró a decir Carlos con una voz llena de seguridad- y no me importa lo que pienses, mi misión en este mundo es ayudar a los demás, brindarles seguridad. Cuando termina de decir estas palabras, se levanta de la mesa, da media vuelta y se pierde en la oscuridad; su hermano y su madre quedan impactados; ¿en qué momento pasó esto? Minutos más tarde, María, su madre, llama a la puerta del cuarto. Carlos no responde, así que vuelve a llamar.Al no tener respuesta, abre la puerta, pero él ya no se encuentra, la ventana está abierta y el viento sacude la cortina; el frío que se filtra por la ventana penetra la piel de la madre como agujas.Al asimilar la escena cae sobre sus rodillas en el umbral de la puerta y un llanto que rompe el silencio de la noche se apodera de ella. Años más tarde, lo sucedido aquella noche de otoño había quedado en el olvido, pero la madre nunca olvidó a su hijo, todas las noches rezaba por él, para que le fuera bien en el camino que había decidido tomar. Una mañana, María se sirve una taza de café y recoge el diario en la puerta, lo abre para empezar a leerlo y lo primero que ve es una foto de su hijo Carlos al ser condecorado por el rey.El orgullo de María es evidente, pero queda paralizada de repente: alguien está frente a ella con la mirada fija; levanta con recelo la cabeza y ve un hombre corpulento y alto con uniforme de militar y, en el piso, una maleta camuflada: es su hijo.Al ver a Carlos, se levanta y lo abraza con lágrimas en los ojos. Carlos no se resiste y empieza a llorar junto con su madre… -Perdón, madre,- pide Carlos, con la voz quebrantada- no debí irme de esa manera. -No tienes que pedir perdón- dice María en un susurro-, el error fue mío por reprimirte y no dejar que confiaras en mí. Se abrazan con afecto. María entendió que ser militar es una profesión difícil pero imprescindible en nuestra sociedad, que es un arte, y que, por ello, la gente le tiene miedo a caminar por aquel sendero. Ser militar es tener valentía, saber el significado del sacrificio y el amor por la patria, ser militar es ser español.
