
Antonio María Flórez, poeta y médico hispano-colombiano (hijo de madre española y padre colombiano), presentó su obra “Bajo tus pies la ciudad” (2012), en el Centro Cultural Reyes Católicos de la Embajada de España, en la noche del pasado viernes. La coordinadora del Centro Cultural, Julieta Mrocek Delclos, presentó al autor e hizo un recorrido por sus principales obras, que han aparecido a un lado y otro del Atlántico: títulos en Colombia como Dos voces (1989), en colaboración con Flobert Zapata, Zoo (Poemillas de amor antiecológico) (1993) o En las Fronteras del miedo; y títulos en Extremadura como El bar de las cuatro rosas (1995) o Bajo tus pies la ciudad (2012). Algunos de sus textos han sido traducidos a otras lenguas como el italiano, el francés, el danés, el catalán, el inglés o el portugués.
El poeta, residente en Don Benito (Extremadura) en la actualidad, pero con fuertes lazos personales, profesionales y literarios en Colombia, país que que vista con mucha frecuencia, hizo disfrutar al público de un recital que recorrió diferentes obras, tocando temáticas intimistas, como el amor o el miedo, o recorriendo ciudades en las que ha vivido en durante su carrera. En esta ocasión ha recorrido, antes de la presentación en Bogotá diferentes ciudades colombianas. Ha obtenido más de treinta premios literarios, algunos de alcance continental, como el Premio Latinoamericano de Poesía “Fundación Givré” (1980 y 1990), el Flor de Oro del Café Juegos Florales de Manizales (1993), el Premio Nacional de Poesía “Euclides Jaramillo Arango” (1999), el Premio Editorial Manigraf de Poesía Inédita (2000), el Premio de Literatura Instituto Caldense de Cultura (2001) y la Beca a la Creación Literaria de la Junta de Extremadura (1997 y 2003), entre otros.

Fue una hora de buena Literatura, muy enraizada en su experiencia vital y en los lugares que ha vivido, que hizo disfrutar a las personas asistentes. Y un Antonio Flórez, agradecido con la Embajada de España en Colombia, que muchos años atrás consiguió que le devolvieran la nacionalidad española, que le habían quitado por ser objetor de conciencia. No cabe duda que España y Colombia, sus dos nacionalidades, están permanentemente en su mente, y de esta manera, en su obra.