Pañuelos blancos de Paz, flores de alegría en el recuerdo, música para el Alma y muchas lágrimas, muchas, desde el cielo en el momento de la despedida y desde una Iglesia de la Inmaculada Concepción del Chicó repleta de amigos y amigas, de compañeros de las clases de 6º del CCEE Reyes Católicos y, sobre todo de su familia, su hermano Juan, el primero y siempre al lado, hasta el último instante.
Carlitos fue recibido en la Iglesia por dos impresionantes columnas humanas formadas por toda su clase, en fila y en un silencio mojado por las lágrimas y con miradas llenas de bonitos recuerdos. Entró y salió de la iglesia portado por su familia, sus amigos y sus maestros. ¿Cuántos de vosotros estáis dispuestos a ser los hermanos de Juan?- pregunto el sacerdote y amigo de la familia-Poco a poco se fueron levantando manos de niños y niñas, que terminaron rodeando el féretro para hacer una pacto de amistad y unión.
De manera magníficamente improvisada y estimulantemente juvenil los compañeros pasaron por el altar para compartir anécdotas, viejas discusiones, risas y alegrías, juegos de consola, guerras de agua y hasta el último diploma como futbolista y amigo del Real Madrid. La vida misma.
Hoy muchos alumnos y alumnas del CCEE Reyes Católicos han madurado de golpe. Han aprendido que la amistad es compartir los buenos momentos pero también es estar siempre dispuestos a compartir las tormentas. Felicidades chicos por vuestro comportamiento humano y solidario.
Descansa en Paz, querido Carlos